23/11/2025
Marcela Cristini, economista de FIEL: “El tratado con EEUU plantea desafíos de competitividad y modernización para las empresas”
Fuente: telam
La especialista en la economía internacional analiza los alcances del acuerdo y resalta la necesidad de reformas fiscales y laborales como condiciones para aprovechar al máximo los beneficios previstos
>Con la incorporación de Al mismo tiempo, en Londres, se celebró la cumbre Argentina-Reino Unido, con más de 200 empresarios interesados en las perspectivas de crecimiento argentino y nuevas oportunidades de inversión, junto al presidente del BCRA, Santiago Bausili.
El viernes 14, de regreso en Buenos Aires, el ministro recibió al vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Stéphane Séjourné, para evaluar el potencial de Argentina en minerales críticos.— ¿Cómo explicaría el Acuerdo Marco entre Estados Unidos y Argentina y cuáles son sus aspectos principales?
A diferencia de acuerdos preferenciales clásicos, los impulsados ahora por Estados Unidos buscan equilibrar el intercambio bilateral en sectores donde el país registra un déficit importante (como insumos para cadenas de valor) o con relevancia estratégica en seguridad o tecnología, especialmente ante la iEsta estrategia se basa en legislación estadounidense que otorga al presidente facultades para actuar, sin consultar al Congreso, en cuestiones de seguridad nacional, estrategia o en presencia de barreras no arancelarias. La extensión del uso de estas herramientas motivó que instancias judiciales, incluida la Corte Suprema, revisen su legalidad.
Pese al carácter impositivo de estas medidas, los países involucrados prefieren negociar. Acuerdos similares al previsto con Argentina ya existen con el Reino Unido, la UE, Corea del Sur, Japón y, en América Latina, con El Salvador, Guatemala y Ecuador. Brasil también negocia un acuerdo en esta dirección.— ¿Cuáles son los principales beneficios que podría traer el acuerdo? ¿Hay puntos de riesgo o a vigilar?
También se menciona la posibilidad de reducir tasas sobre exportaciones argentinas emblemáticas como acero, aluminio y petróleo, que sufrieron aumentos arancelarios del 50% al 60% para favorecer la producción local estadounidense. Para la agroindustria argentina, podría ampliarse la cuota de carne vacuna. En servicios tecnológicos, se prevé acuerdos que garanticen la libertad de transferencia de datos.
Avanzar correctamente será crucial para que la industria y la agroindustria local recuperen competitividad a la par que crece la competencia externa.
El tercer capítulo contempla la facultad de Estados Unidos para monitorear flujos comerciales y acuerdos de Argentina con terceros países, con el fin de garantizar estándares laborales, ambientales y de seguridad económica. Esta cláusula no aparece de modo explícito, pero la redacción enfatiza la coordinación bilateral.Entre los beneficios, la reducción de aranceles permitiría aumentar las exportaciones argentinas de insumos industriales básicos, diversificar la oferta agroindustrial y minera, y abrir el mercado a importaciones estadounidenses en reemplazo de las provenientes de China y la UE. Si Brasil también avanza en un acuerdo similar, es posible que la UE modifique su posición y concrete finalmente el acuerdo con el Mercosur. Para economías tradicionalmente cerradas como la de Argentina, una mayor apertura podría aumentar los beneficios comerciales y atraer inversiones.Entre los riesgos, sobresale la situación de la industria automotriz, sector cuyo intercambio con Brasil se enmarca en un acuerdo compensado bajo el Mercosur. Este sector es clave en el comercio bilateral dentro del bloque.En minería, se espera que crezcan las inversiones estadounidenses en materiales críticos, esenciales para la industria tecnológica y la nueva estrategia de “decoupling” comercial respecto de China.
— Estados Unidos ha sido, históricamente, uno de los grandes socios comerciales de Argentina. Desde 2022 ocupa el segundo o tercer lugar como destino de exportaciones, por detrás de Brasil. La Unión Europea, Chile y China tienen una relevancia similar en términos de participación en las ventas externas. Dada la naturaleza de los productos básicos exportados -agrícolas, mineros, energéticos- Argentina es un actor global que comercia con más de 115 países.
Los nuevos nichos exportadores en Estados Unidos siempre resultan interesantes, pero la estrategia argentina de largo plazo debe considerar también los mercados en desarrollo con creciente demanda y mayor dinamismo, como China, Vietnam e India. Para países de alto ingreso como Estados Unidos y la UE, una vía relevante sería lograr mayor diversificación exportadora, permitiendo que la industria y el sector tecnológico argentino ingresen en sus cadenas de valor.— Las reglas multilaterales de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se basan en la cláusula de nación más favorecida: cualquier ventaja concedida a un país miembro debe extenderse al resto. Sin embargo, los acuerdos preferenciales permiten ciertas excepciones, siempre y cuando no perjudiquen el flujo comercial de otros países.
En este marco, la Argentina enfrenta riesgos en términos de la competencia en mercados externos, en el local y frente a terceros países.
Este camino, que siguieron con éxito países del Este de Asia y de la región (Chile, Uruguay, Perú, Colombia), requiere condiciones políticas y sociales estables, un punto en el que Argentina ha presentado históricas debilidades.
La ampliación de mercados que brindó el Mercosur desde los años 90 fortaleció la industria manufacturera regional, pero la irrupción de China desde mediados de los 2000 causó un desacople comercial en la región. Hoy, China es el principal proveedor de Brasil y el segundo de la Argentina, representando un 23% de las importaciones nacionales, cifra cercana a la participación de Brasil.
— ¿Este acercamiento con Estados Unidos podría dificultar la relación de Argentina con sus socios del Mercosur o, por el contrario, impulsar la modernización del bloque?El acceso a nuevos mercados, ya sea con Estados Unidos, China o Europa, puede atraer inversión tanto en productos básicos como en eslabones de mayor valor agregado para insertarse en las cadenas de valor globales.
— El programa de estabilización logró reducir los riesgos críticos, como la hiperinflación y el default, que heredó el gobierno anterior. Sin embargo, el camino aún requiere consolidarse.
El valor del tipo de cambio depende de muchas variables, incluida la confianza en la política económica. No es posible alcanzar un equilibrio en tan corto plazo. La disciplina fiscal, reducción de la carga impositiva y acceso al crédito a tasas razonables para empresas no se pueden suplantar con un tipo de cambio elevado. — ¿Cómo definiría el contexto internacional que enfrenta hoy Argentina? ¿Predominan los desafíos o las oportunidades?Hay análisis políticos que debaten si nos dirigimos a un mundo dividido en esferas de influencia lideradas por Estados Unidos, China, Rusia y sus aliados, o si asistimos a una revisión de la doctrina Monroe con Estados Unidos buscando atraer inversiones y reafirmar su peso comercial.
En América Latina, esta coyuntura puede abrir oportunidades por su lejanía de los principales focos de conflicto, la riqueza en recursos naturales y su vocación multilateral. Las exigencias estratégicas de Estados Unidos frente a China, la volatilidad de los precios de las marerias primas y los riesgos financieros aconsejan una mayor cooperación y coordinación regional, especialmente dentro del Mercosur.— ¿Qué mensaje le dejaría a quienes toman decisiones políticas y económicas en este momento de cambios?
El crecimiento requerirá que la Argentina financie inversiones con mayores exportaciones, además de diferenciarse ante inversores extranjeros para atraer capital en un entorno menos favorable. Diversificar mercados y productos seguirá siendo central para el desarrollo exportador.
Fotos: Sebastián Pani
Fuente: telam



