Por qué las pinturas infantiles pueden parecerse más a las de Jackson Pollock que las de los adultos
Una investigación científica en los Estados Unidos identificó diferencias visuales y compositivas entre pinturas infantiles y adultas. Por qué los resultados abren nuevas perspectivas sobre creatividad, percepción estética y potencial terapéutico
>¿Pueden las Demostraron que los patrones artísticos generados por la técnica de vertido pueden distinguirse según la edad de los artistas.
El equipo trabajó con dieciocho niños de entre cuatro y seis años y treinta y cuatro adultos de entre dieciocho y veinticinco años. Todos utilizaron pintura líquida sobre hojas de papel extendidas en el suelo. Para los investigadores, aspectos como el equilibrio biomecánico inciden en los resultados.El análisis se centró en la densidad y el recorrido de la pintura en cada obra. En el estudio, los investigadores señalaron: “al integrar el análisis multifractal con el análisis de lacunaridad, mostramos que las pinturas de los niños se caracterizan por dimensiones fractales más pequeñas y parámetros de lacunaridad mayores que las de los adultos”.Jackson Pollock fue un pintor estadounidense nacido en 1912, reconocido como uno de los principales exponentes del expresionismo abstracto. Su obra sobresalió por el uso de la técnica del “dripping” o vertido, en la que deja caer, salpica o derrama pintura sobre grandes lienzos extendidos en el suelo. Cada parte del cuadro tiene igual protagonismo, en una trama visual que transmite movimiento y energía.
Los científicos de la Universidad de Oregon quisieron investigar si los patrones generados por la técnica de vertido de pintura variaba según la edad del artista. Analizaron objetivamente las diferencias entre las obras creadas por niños y adultos.
Consideraron que el análisis de fractales puede servir como “un marco general para la evaluación de la capacidad terapéutica del arte en general”.
Gracias a herramientas matemáticas, lograron describir la complejidad y la distribución de los patrones en las pinturas: en los cuadros de adultos predominan trayectorias densas y amplias, mientras que las obras infantiles “pueden distinguirse por detalles a menor escala y por una mayor separación entre los grupos de pintura”.Aunque el equilibrio biomecánico no fue medido en forma directa, planean incluir sensores de movimiento en futuras investigaciones. Esta perspectiva, señalan, permitirá observar matices en diferentes edades y contextos. Sobre la percepción estética, los investigadores mencionaron que los cuadros con más espacios y patrones fractales menos complejos gustaron más a los adultos.
El estudio sugiere que la preferencia estética podría vincularse a la familiaridad evolutiva con los fractales presentes en la naturaleza.
Señalaron: “nuestros estudios previos indican que nuestros sistemas visuales se han vuelto fluidos en los lenguajes visuales de los fractales tras millones de años de exposición en el entorno natural”.La investigación aportó claves sobre creatividad, percepción y bienestar, y abre nuevas preguntas para la ciencia y el arte.
Fuente: telam