14/12/2025
Para Marco Rubio, la estrategia para Cuba pasa por Venezuela
Fuente: telam
Como senador, puso constantemente de relieve la represión política y los abusos contra los derechos humanos en Cuba
>El secretario de Estado y asesor de seguridad nacional del presidente Trump lleva mucho tiempo intentando socavar o derrocar al gobierno de Cuba, que mantiene estrechos vínculos económicos y de seguridad con Venezuela.
Las protestas estaban estallando, algunos soldados habían desertado y el líder autocrático del país, Nicolás Maduro, había sido trasladado a toda prisa a un complejo militar. Parecía que podrían obligarlo a abandonar el poder. “Guau”, dijo Trump, según las memorias de John Bolton, entonces asesor de seguridad nacional.
Casi siete años después, Maduro sigue en el poder. Rubio, ahora secretario de Estado y asesor interino de seguridad nacional de Trump, es uno de los principales artífices de la creciente campaña de presión militar contra Venezuela. Y aunque expulsar a Maduro parece ser un objetivo inmediato de la política estadounidense, hacerlo podría ayudar a cumplir otro sueño de Rubio desde hace décadas: asestar un golpe crítico a Cuba.
Rubio ha insinuado la idea en público, como cuando le dijo a NPR a principios de 2019 que una Cuba debilitada sería una “consecuencia” bienvenida de un cambio en el gobierno de Venezuela, aunque no fuera “la razón central” para echar a Maduro. “Todo lo que sea malo para una dictadura comunista es algo que apoyo”, dijo.
En privado, ha sido más directo. Como senador, Rubio discutía habitualmente el apoyo de Maduro a La Habana en detalle con sus colegas, así como con funcionarios estadounidenses y diplomáticos extranjeros, según un ex asesor del Senado que a menudo estaba presente en las discusiones. El ex asesor dijo que Rubio había “articulado una visión” según la cual separar a Venezuela de Cuba tendría consecuencias desastrosas para el gobierno cubano.“Todo gira en torno a Cuba: cualquier cosa que él pueda hacer para debilitar al régimen cubano”, dijo otro funcionario estadounidense que participó en reuniones informativas con Rubio durante el primer gobierno de Trump. El funcionario y el ex asesor del Senado hablaron bajo condición de anonimato para poder discutir sobre conversaciones privadas.La inteligencia cubana había alertado a Maduro de la conspiración, y agentes cubanos dentro de su país le ayudaron a aplastarla, dijeron Bolton y otros exfuncionarios. Cuba también tenía un avión esperando, listo para llevarse a Maduro a La Habana, según dijeron entonces funcionarios de Trump.
“El único golpe es el que lleva a cabo Cuba en apoyo del dictador Maduro”, escribió Rubio.
Por su proximidad al extremo sur de Florida, su ideología comunista, la resonancia histórica de la crisis de los misiles cubanos de 1962 y, no menos importante, el poder político de la numerosa comunidad cubanoestadounidense del sur de Florida, la isla ha ejercido durante mucho tiempo una enorme influencia sobre los legisladores de Washington.
En los últimos meses, el ejército estadounidense ha acumulado una gran fuerza cerca de Venezuela. Está atacando embarcaciones y matando a personas a bordo quienes, según afirman Trump y Rubio, sin presentar pruebas, trafican con drogas. Muchos expertos jurídicos han considerado ilegales estos ataques. Todo ello forma parte de una campaña para presionar a Maduro para que dimita o para derrocarlo por la fuerza, campaña que no cuenta con la autorización del Congreso.
El gobierno de Trump intensificó bruscamente su campaña de presión contra Maduro al incautar el miércoles un buque petrolero con petróleo venezolano en el mar Caribe. El petrolero había descargado parte del petróleo en un barco más pequeño con destino a Cuba antes de dirigirse a China, informó el viernes The New York Times.
Un opositor cubano, José Daniel Ferrer, que huyó a Estados Unidos en octubre tras ser excarcelado y se reunió con Rubio, dijo en una entrevista que deponer a Maduro favorecería también la caída, o posible caída del régimen cubano, al que considera “la matriz del mal”.
En una publicación en las redes sociales el viernes, el senador Lindsey Graham, republicano por Carolina del Sur que ha trabajado estrechamente con Rubio, describió la estrategia final: “Esperemos que se acerque el final del reino del terror de Maduro en Venezuela, y entonces podremos centrarnos en Cuba, uno de sus mayores aliados y uno de los regímenes más opresivos de nuestro patio trasero”.
Política en el exilio
Los padres de Rubio, Mario y Oriales, emigraron a Florida desde Cuba tres años antes del triunfo de la revolución comunista de Fidel Castro en 1959. Al ascender en la política republicana de Florida, Rubio se presentó como enemigo jurado de Castro (“un dictador malvado y asesino”) y de sus sucesores.
Como senador, Rubio puso constantemente de relieve la represión política y los abusos contra los derechos humanos en Cuba, y se opuso a cualquier intento de relajar la presión estadounidense sobre su gobierno. Cuando Rubio anunció su candidatura a la presidencia en 2015, lo hizo desde la Torre de la Libertad de Miami, un antiguo centro de procesamiento de refugiados cubanos que huían del gobierno de Castro.
Rhodes gestionó el restablecimiento parcial por parte de Obama de los lazos económicos y diplomáticos de Estados Unidos con Cuba e interactuó con Rubio en aquel momento. “Siempre ha estado arraigado a una política de cambio de régimen hacia La Habana: es el núcleo de su identidad”, dijo Rhodes.
Desde que se incorporó al gobierno de Trump, Rubio ha presionado directamente por su causa ordenando nuevas sanciones contra funcionarios, actividades y empresas del gobierno cubano.
Trump, por su parte, parece menos implicado personalmente en el destino de Cuba, aunque en enero renovó su anterior designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.
El crisol
Ambos eran autócratas altaneros que denunciaban el libre mercado y el imperialismo estadounidense al tiempo que celebraban su hermandad socialista. Chávez incluso recibió a Castro en Caracas el día del 75 cumpleaños del líder cubano, dirigiendo a una multitud de miles de personas para que le cantaran “Cumpleaños feliz”.
Gonzalez, el ex asesor de Biden, advirtió que a menudo se exageraba el papel de los cubanos en Venezuela. Sin embargo, dijo, asesoran a Maduro, llevan a cabo operaciones de contraespionaje e imponen lealtad.
Esto ha dificultado que Estados Unidos obligue a los oficiales militares a volverse contra Maduro, dijo Gonzalez.
El pacto de petróleo por seguridad sobrevivió a las muertes de Chávez y Castro. Pero las estrictas sanciones impuestas por Trump en su primer mandato, y mantenidas por el presidente Joe Biden, han obstaculizado la capacidad de Maduro para compartir recursos. Venezuela envía ahora a Cuba unos 27.000 barriles diarios, según datos recientes de Pdvsa, la empresa petrolera estatal venezolana, informó Reuters el viernes. Es apenas una cuarta parte de la cantidad que recibía Cuba en el apogeo de Chávez.
El acartonado Maduro, que asumió el poder en 2013, carece del grandioso carisma de su predecesor, pero sigue siendo el otro único líder revolucionario socialista de América Latina con el espíritu de Castro. Su rival política más destacada es la lideresa de la oposición venezolana, María Corina Machado, una conservadora que apoya el libre mercado y que está respaldada desde hace tiempo por Rubio. El secretario de Estado apoyó formalmente su candidatura al Premio Nobel de la Paz, que ella ganó en octubre.
“Los cubanos deben creer que si Maduro es destituido y se produce el ascenso de un gobierno de derecha en Venezuela, eso podría ser la gota que colme el vaso de un gobierno cubano ya de por sí debilitado”, dijo Rhodes.
Además, el planteamiento de Rubio sobre Venezuela y Cuba implica un riesgo político para él mismo, ya que los críticos ven la amenaza de las costosas políticas de “cambio de régimen” que Estados Unidos ha probado y fracasado. Entre ellos se encuentran algunos de los partidarios acérrimos de Trump, como el ex estratega de la Casa Blanca Stephen Bannon, el presentador de pódcast Tucker Carlson y la asesora informal de Trump Laura Loomer.
“Cuba”, dijo, “es el crisol”.
Fuente: telam



