La baja natalidad anticipa una crisis grave en el sistema de las jubilaciones

El debate se disparó al analizar una propuesta concreta y polémica: la iniciativa de Jalil que apunta a otorgar un incentivo económico anual, durante cuatro años, a quienes tengan hijos, buscando revertir la caída de la población joven. El gobernador sostiene que la tasa de natalidad en Catamarca cayó un 50% en un lustro —un fenómeno acelerado en comparación al de Europa—, y que resulta fundamental actuar “antes de que la estructura demográfica haga inviable el sistema previsional”.
El escenario demográfico local, descripto por Grobo, muestra semejanzas con tendencias globales pero también posee rasgos propios: “En 1930, el promedio era de seis hijos por madre en Argentina, algo impensado hoy, donde la tasa ronda apenas 1,4 y necesitamos al menos 2,1 hijos por mujer solo para mantener la población estable. Es un cambio radical que tenemos que asumir”.
Otro factor central en la caída de la natalidad, precisó Grobo, es la mayor autonomía profesional y económica de las mujeres. “La relación de las mujeres con el mundo del trabajo, el desarrollo de sus identidades laborales y la aspiración de igualdad en el plano financiero han modificado radicalmente la ecuación. La maternidad se vive como un momento bisagra, y muchas mujeres deciden postergar o directamente resignar ese rol frente a los costos profesionales y personales que supone”, expuso.
El politólogo enfatizó que la salida está en políticas públicas de mayor alcance, como licencias de maternidad y paternidad extendidas, incentivos fiscales inteligentes y una mayor equidad en el acceso a servicios de cuidado y educación. “Pero incluso así, la decisión última seguirá dependiendo de cuánto las personas sientan que la maternidad o la paternidad encajan en su proyecto de vida”, sugirió.
El especialista comparó la situación local con las experiencias de países como Corea del Sur —donde la tasa de natalidad “colapsó”, al caer al mínimo global—, y expresó que “si la tendencia no cambia, para fin de este siglo Corea puede quedarse sin población joven”. Advirtió que la solución no es sencilla: “La presión profesional, la cultura familiar y la ausencia de incentivos adecuados generan un escenario de difícil reversión. Las licencias más largas, si bien necesarias, tienen un costo agregado para la economía, y equilibrar esos intereses es un desafío ineludible”.
Sobre una posible solución, Grobo sugirió abrir una discusión nacional seria y profunda sobre el modelo de sistema previsional, la política familiar y la igualdad de oportunidades. “En la Argentina muchas discusiones están trabadas —los regímenes de privilegio, la edad de jubilación, la actualización de aportes— porque son temas políticamente incorrectos o impopulares, pero es imprescindible encararlos antes de que la bomba demográfica y social estalle”, enfatizó.
• De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.
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