16 de septiembre de 2021
Nueve personas murieron ahogadas por fuertes oleajes en el sur de Francia
Los accidentes tuvieron lugar en Hérault, Aude y Bouches-du-Rhone, situados en el extremo sureste del país, entre Marsella y Perpiñán, en la frontera entre Francia y España.
Un total de nueve personas murieron ahogadas en diferentes localidades del sureste de Francia por los fuertes oleajes a raíz de los intensos vientos que afectan la costa y que intensifican las corrientes marinas, en el marco de fuertes vientos y lluvias que generaron inundaciones y evacuaciones en la misma zona la semana pasada.
Los accidentes tuvieron lugar en Hérault, Aude y Bouches-du-Rhone, situados en el extremo sureste del país, entre Marsella y Perpiñán, en la frontera entre Francia y España, informado la cadena de televisión BFM, citada por la agencia DPA.
Además de los nueve fallecidos, otras dos personas han resultado heridas, mientras que hay otro ciudadano desaparecido, según el diario local 'La Depeche du Midi'.
"El mar está tan difícil que nuestra embarcación podría haberse volcado mientras salíamos a rescatar a una persona que estaba en peligro. Nos sorprendió pero por suerte no fue a más. Nos dimos un gran susto", dijo un empleado de Sistema nacional de Salvamento y Rescate.
Es por esto que la autoridad marítima, los Bomberos y la Gendarmería han pedido a los ciudadanos que no acudan a las playas durante estos días.
"Las condiciones climáticas con el mar cálido, grandes olas que parecen juguetonas y arrastradas por el viento, sumado a la ausencia de lluvias conducen a una alta presencia de bañistas en las playas pero no evitan el peligro ligado a las corrientes", dijeron los Bomberos de Herault en un comunicado.
Con el fin de la temporada de verano las playas de Francia ya no están bajo la constante vigilancia de los socorristas, por lo que incluso en algunas zonas se ha tomado la decisión de prohibir el baño por la tarde debido a estas malas condiciones climáticas.
La semana pasada cientos de personas fueron rescatadas en el sur de Francia cuando las inundaciones por fuertes lluvias convirtieron carreteras y campos en ríos y lagos.
Las autoridades señalaron que las lluvias causaron importantes daños en viviendas e infraestructuras en pueblos y aldeas entre Nimes y Montpellier.
Unos 800 bomberos participaron en las labores de rescate con helicópteros y otros medios.
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