POLICIALES
24 de octubre de 2022
Tenía 22 años, estaba embarazada y su novio la mató para que no tuviera a su bebé: “La reventó por dentro”

El femicidio de Julieta Mena sacudió al país en octubre de 2015. El asesino nunca admitió el crimen, pero fue condenado a prisión perpetua. La mamá de la víctima se enteró después del crimen que iba a ser abuela. “Él la golpeó con saña en la panza y en los genitales”, le dijo a TN.
Julieta Mena tenía 22 años cuando Marcos Mansilla, su pareja, la asesinó a golpes en el baño de su casa de Ramos Mejía en la madrugada del 11 de octubre de 2015. Una negligencia en la investigación dejó el celular de la víctima en poder de la familia que así, después del crimen, descubrió que estaba embarazada de dos meses y medio y también el móvil que desató la tragedia. “Él quería que abortara y ella quería tener a su bebé”, dijo a TN Marcela Morera, la mamá de Julieta, y remarcó con tristeza: “La reventó por dentro”.
Desde entonces, cada Día de la Madre se convirtió para ella en una fecha difícil de sobrellevar. El domingo 16, a siete años del femicidio de su hija, volcó su tristeza y su impotencia en las redes sociales. “Si hay alguien a quien hoy quisiera desearle Feliz Día es a July. Sé que hubiera sido una madraza si no le hubieran quitado el derecho a vivir, tanto a ella como a su bebé”, escribió.
Tras su detención, Mansilla negó haber asesinado a su novia. En cambio, ante el fiscal de La Matanza, Carlos Arribas, declaró que había encontrado a Julieta ya muerta cuando llegó a su casa y que escapó porque se asustó. No obstante, su intento por despegarse del hecho no alcanzó para esquivar el castigo. En 2017, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 5 lo condenó a prisión perpetua.
“La reventó por dentro”
En diálogo con este medio, la mamá de Julieta contó que cuando ocurrió el crimen su hija había conseguido trabajo en una pizzería y terminaba su horario cerca de la medianoche, por lo que ella o su pareja, papá del corazón de la víctima, solían ir a buscarla para evitar que anduviera sola de noche por la calle. “Siempre pensando en los riesgos del afuera”, señaló, y dejó la frase en suspenso.
La noche de la tragedia no fueron a buscarla porque Julieta iba a ir al cumpleaños de su suegra. Hablaron por teléfono con ella un rato antes de que saliera y se quedaron tranquilos porque Marcos ya estaba ahí, esperándola, para ir juntos a su casa. Fue la última vez que escuchó la voz de su hija.
La autopsia después puso en palabras el salvaje ataque que sufrió la joven en el interior del domicilio ubicado en Pasco al 200. Los golpes de Mansilla habían provocado el estallido del hígado y los riñones de Julieta, y las marcas en sus antebrazos demostraron que trató hasta el último aliento de defenderse de su agresor.
“La golpeó con saña en la panza y en los genitales”, sostuvo su mamá. Para ella, al igual que para los peritos que participaron en el caso, los lugares en los que el femicida concentró su furia no fueron casuales, sino que dejaron en evidencia su intención de provocarle un aborto a su pareja. “Le pegó con unos zapatones con punta de acero”, agregó.
Fuente: TN
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