3 de agosto de 2025
El fenómeno natural que solo puede verse unos minutos al día y transforma una playa brasileña en un escenario bíblico

Miles de turistas viajan a Barra Grande para intentar cruzar a pie el mar, pero solo quienes planifican su visita logran presenciar el espectáculo del Camino de Moisés
Para maximizar las posibilidades de disfrutar se recomienda dedicar un día completo y llegar por tierra, ya que las excursiones embarcadas suelen priorizar la visita a las piscinas naturales y no siempre coinciden con el horario óptimo de la marea baja.
El acceso a Barra Grande puede realizarse en automóvil particular, vans locales o aplicaciones de transporte. Los buggies también son una alternativa, aunque suelen tener recorridos preestablecidos que conviene acordar previamente con el conductor. La recomendación principal es consultar las tablas de mareas y planificar la llegada para el momento exacto en que la marea esté en su punto más bajo.Durante la marea baja, la Playa de Barra Grande se transforma en un animado espacio comercial al aire libre. El banco de arena se llena de mesas, sombrillas y hamacas para fotografías, mientras embarcaciones ofrecen bebidas y comida. Además, vendedores ambulantes comercializan accesorios como protectores para celulares, gafas de sol y sombreros, creando un ambiente festivo y colorido.El Camino de Moisés no es el único atractivo de la región. Maragogi, conocida como “el Caribe brasileño”, es célebre por sus piscinas naturales y aguas de tonos esmeralda y turquesa, donde los arrecifes de coral permiten practicar snorkel y buceo a pocos kilómetros de la costa. Las excursiones embarcadas suelen priorizar la visita a estas piscinas, lo que explica que muchos turistas lleguen tarde al Camino de Moisés y se pierdan el espectáculo de las aguas abiertas.
El nombre Camino de Moisés remite directamente al episodio bíblico en el que, tras años de esclavitud y las diez plagas, el faraón de Egipto permite la salida de los hebreos, pero luego se arrepiente y los persigue. Según la narración, Moisés, con la intervención divina, divide las aguas del Mar Rojo, permitiendo el paso de los israelitas y cerrando el mar sobre el ejército egipcio. Esta referencia simbólica refuerza el atractivo del fenómeno natural, que cada año atrae a miles de visitantes en busca de una experiencia que, aunque efímera, resulta inolvidable para quienes logran presenciarla en el momento justo.
COMPARTIR:
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!