El papa Francisco se convirtió  este domingo en el primer pontífice en visitar una iglesia  anglicana en Roma al acudir al templo All Saints de la capital  italiana. 
   
“Hace más de 200 años tuvo lugar el primer servicio litúrgico  anglicano en Roma para un grupo de residentes ingleses”, recordó  el papa en su homilía. 
   
“En esos dos siglos, muchas cosas han cambiado entre católicos  y anglicanos que antaño se miraban con recelos y hostilidad. Hoy, gracias a Dios, nos reconocemos por lo que somos realmente:  hermanos y hermanas en Cristo”, prosiguió Francisco. 
   
“Démosle gracias al Señor porque el deseo de una mayor cercanía  entre cristianos es más fuerte, como lo demuestra el hecho de  rezar juntos”, añadió. 
El papa reconoció, no obstante, que hay dificultades en el  camino del acercamiento, de la “plena comunión”, entre esas dos  iglesias cristianas. 
   
“A veces el progreso en el camino de una plena comunión puede  parecer lento e inseguro, pero hoy nos podemos sentir alentados  por nuestro encuentro”, declaró el pontífice. 
   
El pasado octubre, el papa y el arzobispo de Canterbury, Justin  Welby, celebraron juntos las vísperas en la iglesia San Gregorio  al Celio de Roma para mostrar su cercanía tras 50 años de  acercamiento entre esas dos Iglesias. 
   
Ambos líderes religiosos mostraron, sin embargo, en un texto  común sus divisiones, “en particular sobre la ordenación de las  mujeres y en cuestiones relacionadas con la sexualidad”. 
   
En la Iglesia anglicana, las mujeres pueden ser ordenadas desde  1992 y representan un tercio del clero hoy en día. 
   
La escisión anglicana ocurrió en el siglo XVI despuÚs de que el  papa se negara a conceder la anulación de su matrimonio al rey  Enrique VIII. Desde entonces los anglicanos no reconocen la  autoridad del papa. 
   
El reverendo Jonathan Boardman, sacerdote de la iglesia All Saints situada en el centro de Roma, celebró la visita del papa. 
   
“Es una alegría increíble, esto tiene un significado  absolutamente extraordinario”, declaró. El papa Francisco aprovechó la ocasión para anunciar que  “estudia la posibilidad” de viajar a Sudán del Sur, país de  mayoría cristiana, con Justin Welby. 
   
Y precisó enseguida que, en el caso de llevarse a cabo, el  viaje tan sólo duraría un día, “ya que la situación es difícil” en  Sudán del Sur, un país devastado por una guerra civil desde  diciembre de 2013.