Al menos 45 personas murieron y más de 118 resultaron heridas este domingo por dos ataques con bomba en iglesias coptas de Egipto, en eventos que generaron ira y temor entre los cristianos, además de un gran despliegue del Ejército en todo el país.                 

El grupo extremista Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por los ataques, que ocurren a puertas de la  Semana Santa y poco antes de que el Papa Francisco visite Egipto  a fines del mes.                 

Los ataques se producen en momentos en que el brazo del EI en Egipto parece estar intensificando los asaltos y amenazas  contra los cristianos, en un abierto desafío al presidente Abdel Fattah al-Sisi, quien prometió protegerlos del extremismo.                 

La primera explosión, en Tanta, en el delta del Nilo, a  menos de 100 kilómetros de distancia de El Cairo, mató al menos  a 27 personas e hirió a 78, dijo el Ministerio egipcio de Salud.                 

El segundo atentado, perpetrado horas después por un suicida  en la catedral copta de Alejandría, dañó la silla histórica del Papa copto y mató a 17 personas, incluyendo a tres policías. Unas 41 personas resultaron heridas, dijo el ministerio.

El Papa copto Tawadros, que había asistido a misa en la catedral de San Marcos, todavía estaba en el edificio en el  momento de la explosión, pero no resultó herido, dijo el  Ministerio del Interior. “Estas acciones no dañarán la unidad y  la cohesión del pueblo”, dijo Tawadros más tarde a los medios locales.

EI dijo que dos seguidores del grupo con chalecos con  explosivos llevaron adelante los ataques, y advirtió que las  agresiones continuarán. “Los cruzados y sus aliados apóstatas  deben saber que (...) pagarán con ríos de sangre de sus hijos”, destacó el grupo en un comunicado.                 

Tras el ataque, Sisi ordenó el depliegue de tropas para  asistir a la policía y dijo que se declarará estado de  emergencia por tres meses.                 

El domingo, miles de personas se reunieron fuera de la iglesia, en tanto, poco después de la explosión, algunos vestidos de negro, llorando y describiendo una escena de carnicería. “Había sangre en todo el suelo y partes humanas dispersas”, dijo una mujer cristiana.                 

Los cristianos son una minoría a la que pertenece un 10 por ciento de los 90 millones de habitantes del país del norte de África. En febrero, familias y estudiantes cristianos huyeron de la provincia egipcia del norte del Sinaí después de una serie de  asesinatos selectivos.