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  • El bolsillo ya no permite ciertos "gustos" en la mesa

Por Gabriel Arias
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El difícil momento que sufre el bolsillo del ciudadano común se sigue acentuando día a día y se manifiesta en la caída de las ventas de los comercios, y por la tendencia a comprar cada vez menos artículos o cambiar a productos de segundas marcas. Por tal motivo, "Crónica" llegó a la puerta del supermercado y realizó un relevamiento con consumidores para saber cómo se las arreglan para comprar los alimentos y artículos necesarios para el hogar.

Las caras de preocupación se ven en los consumidores que entran o salen de los comercios o supermercados, y ante la consulta, manifestaron su decepción por el momento que atraviesan. Una de ellas, llamada Rosa, comentó que "dejé de consumir manteca y dulces. De hecho, si lo compro es por algún motivo en especial. En cuanto a las carnes, tengo que mirar ofertas y llevo milanesa porque el pollo está caro y tiene que estar fresco. En el caso del papel higiénico y otros productos de limpieza, tuve que tirarme a segundas marcas o más barato, porque la diferencia es grande. La fruta y el tomate también están caras y cosas para la casa ya ni compro".

Otra consumidora resignada es Alejandra, quien con su chango en la mano, agregó que "ya no compro ninguna línea de quesos, y las gaseosas en mi casa se consumen mucho menos que antes, aunque comer es lo último que vamos a dejar de hacer. En el tema limpieza tenemos que medirnos porque los productos son muy caros. Lo que todavía no hice es pasarme a segundas marcas".

Lo cierto es que la mayoría de los encuestados tuvo que dejar de comprar alimentos, y los productos que lideran esta lista son: los quesos, yerba, gaseosas, carne y sobre todo los artículos de limpieza, que son considerados los más onerosos de todos. Otros, en tanto, aunque en minoría, decidieron pasarse a productos de segundas marcas aunque es una tendencia que podría aumentar con el correr de los meses.

Rolón es la "cabeza de su familia" y se mostró preocupado por la situación, al argumentar que "en mi casa se dejó de adquirir todo lo que tiene que ver con quesos, fiambres y frutas porque tenemos que acortar el presupuesto que tenemos. En el caso de la fruta y la verdura es algo raro, porque un día tiene un precio y al otro cambia. La carne la compro si hay alguna oferta que nos sirva, y lo que se refiere a limpieza, decidimos comprar cosas sueltas y básicas".

Otro de los puntos que se pueden destacar del relevamiento es que una buena parte de los consumidores buscan ofertas antes de "eliminar" un producto de su mesa, ya que intentan agotar hasta los últimos medios para no desbalancear el andar de sus hogares, a pesar de que los salarios cada vez rinden menos.