El empresario que puede hundir al presidente de Brasil, Michel Temer, al acusarlo de pedir sobornos, también disparó contra Lula da Silva, de quien dijo que "institucionalizó la corrupción" en el país.

Joesley Batista, dueño del frigorífico JBS, aseguró que la corrupción se instaló "en todos los niveles del Estado" desde 2003, cuando Lula llegó a la presidencia, hasta 2016.

Según dijo, "se crearon núcleos con división de tareas en estados, ministerios, fondos de pensión y bancos", que dio como "resultado" que el Estado brasileño quedara "dominado por organizaciones criminales". Batista también definió a Temer como "el jefe de la mayor y más peligrosa organización criminal" de Brasil.