Un deportista con discapacidad motríz se cansó de que los colectivos lo ignoren y decidió enganchar un carro en un cuatriciclo para llevar su silla de ruedas por las calles neuquinas del barrio San Lorenzo Norte y de esta forma, poder llegar a Ciudad Deportiva, el club donde entrena básquet.

El viaje que realiza el joven, le demanda casi media hora más que si lo hiciera en colectivo. Además, denunció las dificultades que enfrenta diariamente como veredas rotas o rampas ocupadas por vehículos. Sin embargo, aclaró que nunca presentó una queja ante ningún organismo porque prefiere "arreglárselas solo".

El hombre de 34 años relató que "son pocos los choferes que paran y me ayudan a subir. Dicen que pierden tiempo ayudándonos a subir". Además, detalló que "cuando las rampas están tapadas por los autos, hay que rebuscársela como sea para bajar el cordón de la vereda". 

Lucas Heriquez, quien nació con una hidrocefalia mielomeningocele, engancha un carro a un cuatriciclo todos los días para cargar su silla de ruedas e ir a entrenar. "Mi pasión por el básquet supera cualquier temor", explicó a LMNeuquén. 

"Hay gente que nos quiere y nos ayuda. Sin embargo, parece que para otros no existimos y nos miran de arriba a abajo. Tenemos ganas de vivir y hacer cosas, como jugar al básquet", concluyó.