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15/11/2025

El surrealismo caribeño de Wifredo Lam brilla en el MoMA con la llegada de “Grande Composition”

Fuente: telam

La nueva exposición en Nueva York presenta obras emblemáticas del artista afrocubano, desde figuras híbridas inspiradas en la espiritualidad antillana hasta piezas nunca antes exhibidas juntos, con un enfoque en la descolonización y el mestizaje cultural

>La nueva exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) sitúa a Wifredo Lam en el centro de la escena internacional. Considerado uno de los exponentes más complejos y menos comprendidos del surrealismo, el artista afrocubano destaca en una retrospectiva inaugurada en 2025 que pone el foco en la descolonización y el mestizaje cultural. La exhibición recupera piezas emblemáticas como “La jungla” y otorga un lugar central a la monumental “Grande Composition” (1949).

La llegada de “Grande Composition” representó un hito para el MoMA. Christophe Cherix, director del museo y comisario de la exposición junto a Beverly Adams, dedicó años a negociar su ingreso en Nueva York. La colaboración de Damasia Lacroze y Eva Caston fue determinante en este proceso.

Uno de los ejes conceptuales más fuertes fue la relectura de la trayectoria de Lam desde la perspectiva de la descolonización y la reivindicación de su raíz afrocubana. Adams y Cherix, citando al artista, remarcaron que su trabajo fue “un acto de descolonización”, como expresó en 1980 en una entrevista con Gerardo Mosquera.

Estas ideas se plasmaron a través de figuras híbridas, entre las que destaca la emblemática femme-cheval —una mujer-caballo inspirada en la espiritualidad Lucumí y los orishas—, que se convirtió en símbolo de resistencia y reapropiación cultural.

“Les Invités” (1966) mostró la evolución de la femme-cheval, cuya cabeza equina mutó hacia la abstracción, mientras que en “Madame Lumumba” (1938) la figura femenina se mantuvo en el misterio: aunque suele vincularse con un homenaje a Pauline Opango, viuda de Patrice Lumumba, fue Aimé Césaire quien la bautizó así posteriormente, cuestionando la interpretación decolonizadora habitual. Trabajos como “Ogue Orisa” y “Omi Obini” (1943) exploraron la fusión de deidades afrocaribeñas con el paisaje, diluyendo los límites entre lo humano, lo divino y lo natural.

Un perfil de ARTnews en 1950, por ejemplo, centró la atención en las figuras equinas de Lam, pero ignoró sus raíces afrocubanas y el significado profundo de la femme-cheval. Este enfoque reveló una tendencia histórica a relegar la dimensión cultural y política de la obra de Lam, acentuando las interpretaciones psicológicas y oníricas y restando importancia a su mensaje de resistencia.

El recorrido expositivo comienza con la formación de Lam en Madrid y París. Nacido en Cuba y criado por una madrina sacerdotisa lucumí, el artista viajó a España en 1918 para completar su educación.

En la última etapa de su carrera, Lam incursionó en la abstracción y la cerámica. Aunque su destreza fue desigual en estas técnicas, mantuvo un impulso constante por la experimentación. En las piezas de la década de 1950, la femme-cheval apareció en formas cada vez más enigmáticas. El título de la muestra, “Quand je ne dors pas, je rêve” (1955), apunta a una visión donde sueños y realidad se cruzan, apartándose del pesimismo surrealista europeo y adentrándose en una sensibilidad propia.

Fuente: telam

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