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25/11/2025

Juan Carlos Romero: “Una nueva mayoría en el Senado no debe ser para imponer cosas, sino encontrar una mejor solución”

Fuente: telam

Fue tres veces gobernador de Salta y termina su cuarto mandato en la Cámara alta. Su reflexión sobre la relación del Ejecutivo con el Congreso. Feroces críticas al kirchnerismo. “Estar tres años sin Presupuesto sería una desgracia para el país”, advirtió

>Juan Carlos Romero (Provincias Unidas) fue tres veces gobernador de la provincia de Salta y el 10 de diciembre termina su cuarto mandato como senador -el tercero ininterrumpido-, tras haber sido el legislador dialoguista por excelencia que tuvo el Gobierno libertario al inicio de su gestión, uno de los creadores del grupo de los “39”, que ayudó a una Casa Rosada y luego esta dinamitó. Con feroces críticas al kirchnerismo, el experimentado peronista disidente reflexionó ante Infobae sobre la gestión política de la administración Milei en relación con el Congreso y aconsejó sobre temas sensibles de cara al corto, mediano y largo plazo.

-Un Senado lógico sería uno que no obstruya el proceso de cambio que yo creo que el país necesita. Es decir, una visión más moderna, pero siendo muy celoso en el procedimiento, sobre todo, de lo que haya que aprobar acá. No es que, por apoyar, haya que cerrar los ojos y votar lo que venga, sino tratar de aportar y corregir. Cosa que no es tan fácil con un Gobierno que, generalmente, no envía funcionarios a debatir y discutir. Es como que le tienen temor al Congreso, o fastidio. Siempre, entre los poderes, creen que el otro es el que fastidia. El Ejecutivo cree que la Corte y el Poder Judicial fastidian, que el Congreso traba, pero es el sistema que tenemos y hay que respetarlo.

-Ya sabíamos desde antes que La Libertad Avanza iba a crecer en número y mejoró muchísimo, pero sin llegar al control de las Cámaras. Por eso hace falta cierto diálogo más allá de sectores como el kirchnerismo, que tiene una visión muy dura, refractaria, de un país que no existe y de un modelo que, en el mundo, no dio resultado. Me refiero al populismo de izquierda, que se sigue hundiendo como en Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Lo vengo diciendo hace más de 20 años. Hay gente más razonable, que responde a gobernadores con una realidad parecida a la del Presidente, que es la de gestionar, y hay margen para el diálogo. Ahora, el diálogo no es “yo tengo toda la razón”, sino encontrar soluciones. Aún con más fuerza, tiene que haber una etapa de acuerdo y no perder a quienes no son opositores y vienen colaborando.

-¿Cómo le contaría a alguien la formación y quiebre del “grupo de los 39”? Fue algo veloz para un Gobierno que necesitaba blindarse de la agenda que vino después

-Arrancamos con un número y lo fuimos degradando por errores de la política. De 39 bajamos uno - en referencia a la expulsión del peronista disidente Edgardo Kueider y su expedición con dólares en una frontera- y lo recuperó el kirchnerismo, más las elecciones provinciales, gente enojada y el maltrato a senadores que apoyaron. Y el kirchnerismo aprovechó eso para alzar voces con temas atractivos y sensibles como las universidades, los jubilados y el -hospital- Garrahan que, por una mala praxis del Gobierno, lo convirtieron en conflictos que se podrían haber resuelto antes. En resumen: se pasó de controlar la Cámara a un Gobierno que perdía con ocho o diez votos a favor de la postura de la Casa Rosada. Hubo un período que terminó con el proceso electoral y un desgaste que llegó al extremo. Ahora hay gente dialogando y una nueva mayoría no debe ser para imponer cosas, sino encontrar una mejor solución.

-Fue un error y todavía nos preguntamos por qué pasó eso. Cuando teníamos 39 o 38, podríamos haber aprobado 120 de los 140 pliegos sin ningún problema. Ni siquiera necesitábamos del kirchnerismo, pero se confiaron con el tema de la Corte, que no fue ni siquiera una negociación. Fue una cosa confusa, mandaron los pliegos y después no defendieron a la gente. Fue mal llevado y se tuvieron que defender los propios candidatos. Todo eso, sabiendo que nunca estuvo el número para los dos tercios. Fue un error todo el proceso. Se perdió lo de la Corte, que era lo más difícil, y también lo otro, que era lo más fácil. La justicia sigue colapsada y con muchos lugares sin ser cubiertos, con personas que están concursando hace años y esperan un acuerdo.

-Sigo creyendo que la mejor solución, en caso de no conseguir los dos tercios, era el proyecto que propuse para ampliar la Corte a siete. Con eso se acordaban a dos mujeres desde el vamos y también se negociaba, a la luz del día, los otros dos candidatos. Si se cubren dos vacantes y nada más, quedará con cinco durante mucho tiempo. Lo mío fue una propuesta para destrabar, pero al Gobierno no le interesó y no sé qué hará en 2026.

-No creo que se pueda hacer mucho con lo primero ya que, generalmente, viene cocinado de Diputados. Estar tres años sin Presupuesto sería una desgracia para el país y la imagen del Gobierno. También es cierto que la voluntad que quieran expresar los legisladores sobre cambios no creo que el Gobierno la quiera aceptar, salvo que demuestren que no se modificarán los resultados. Menos, en el Senado. Y quedará pendiente la ley laboral y no sé si habrá impositiva.

-Desde la estrategia, ¿sugiere comenzar ya mismo con la laboral y aprovechar el envión electoral? Nadie tiene claro eso

-Entiendo que el Presupuesto será lo primero. La laboral puede ingresar acá y después tratarse en febrero. Tampoco está muy claro y hay que hacer docencia. Lo que uno quiera, en materia laboral, no es para largar un papel un día para que la prensa lo comente, sino para que el Gobierno haga docencia y explique las ventajas, y hay pocos que defienden las leyes.

-Estas leyes fundamentales, que no son para encontrar una solución al día siguiente, sino para pensar en los próximos 20 años, necesitan de docencia. Como las privatizaciones: por qué, cómo, los métodos de las tasaciones, transparentar los procedimientos, etcétera. Respetar las buenas prácticas.

-Los argentinos históricamente somos exitistas, ansiosos y muchos se acostumbraron a las soluciones rápidas. No se pueden cambiar 20 años de kirchnerismo con dos años de gestión, más allá de los aciertos y errores. Y dos años es un camino. Argentina tiene un camino largo para salir de la decadencia, y no es si el dólar o la actividad sube. La decadencia viene por un problema estructural externo por la falta de reservas. Que crezcan las exportaciones lleva su tiempo. Tener un Banco Central con reservas negativas debe ser el único caso en Latinoamérica. Es una situación complicada, más los problemas políticos sectoriales. Esto es, cada sector que se aprovecha del Estado tiene algún vínculo y nadie quiere cambiar. Es muy difícil. Son los vicios de las especulaciones. La herencia de papelitos y bonos es inacabable. Eso no se va a arreglar ni mañana ni pasado. Es un camino largo para no volver a un populismo que nos termine de arruinar.

Fuente: telam

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