01/12/2025
La belleza del día: “Figuras interiores” o la pasión secreta de Patricia Preece y Dorothy Hepworth
Fuente: telam
La historia de las dos artistas, quienes se amaron en secreto y se convirtieron en una sola contra las convenciones morales de la época
>Esta belleza no es sobre una obra en sí, aunque el título así lo indique. Es sobre una historia de amor entre dos mujeres, dos artistas, que buscaron la manera de hacer una carrera siendo una: Dorothy Hepworth y Patricia Preece.
Hubo también otros casos que desafiaron a las normas, como Hepworth y Preece, quienes en la época victoriana vivieron una historia de amor de espaldas a la sociedad y que combinaron sus talentos para ganarse un lugar en la sociedad y el reconocimiento.
Creció en una familia acomodada, durante la Gran Guerra, se comprometió con un oficial de la Royal Naval Reserve, aunque la relación terminó por sus ideas progresistas. Vivía en el paquete Kensington con su madre y hermana, cuando comenzó a realizar ilustraciones de moda para revistas, condujo ambulancias y se involucró en el movimiento sufragista para en 1918 unirse a la Slade School of Fine Art.
Allí se conocieron, la artista de buena familia, extrovertida y angelical, y una artista de gran talento, pero de carácter reservado. Allí se enamoraron. Juntas, y con el apoyo de los Hepworth, establecieron un hogar y estudio, primero en Londres y luego en París, donde Preece estudió con André Lhote, maestro mítico del modernismo, que tuvo como alumnos a Tamara de Lempicka, Lino Enea Spilimbergo, Henri Cartier-Bresson, Tarsila do Amaral y Antonio Berni, entre otros.
Durante los ‘20 se sumergieron en el ambiente artístico y bohemio de los años veinte. Influenciadas por el modernismo francés y el círculo de Natalie Barney, regresaron a Londres en 1925, procurando evitar el estigma social que recaía sobre las parejas lesbianas, y a menudo se presentaban como hermanas.La dinámica entre ambas era singular: Hepworth, prolífica y tímida, creaba las obras; Preece, carismática y sociable, las exhibía y vendía bajo su propio nombre. Articularon así una historia de colaboración secreta e identidades intercambiadas única.El pintor Augustus John llegó a afirmar que era una de las seis mejores artistas femeninas de Inglaterra, mientras que Vanessa Bell, también pintora e interiorista y hermana de Virginia, opinó que la artista era “dotada y muy seria, y necesita mucho estímulo”.
En 1937, Spencer y Preece se casaron, aunque ella nunca abandonó a Hepworth ni mantuvo relaciones sexuales con su esposo. Preece, de hecho, viajó con Hepworth a St. Ives tras la boda, mientras Spencer permanecía en Cookham. La convivencia resultó insostenible: Preece expulsó a Spencer de la casa y se negó a concederle el divorcio, aunque continuó recibiendo pagos de él. Tras la muerte de Spencer, en 1959, insistió en ser llamada Lady Spencer y reclamó una pensión como su viuda.
La obra artística atribuida a Preece, en realidad, era fruto del talento de Dorothy Hepworth. Las pinturas, estilo modernista, destacan por el uso de colores vivos, pinceladas audaces y una sensibilidad especial en la representación de la figura femenina. La influencia del postimpresionismo francés es evidente tanto en la técnica como en el enfoque compositivo, tal como se puede ver en Figuras interiores, una obra de 1935, que se encuentra en la Glynn Vivian Art Gallery.La colaboración y el secreto de la pareja se mantuvo durante casi cincuenta años, hasta que, tras el fallecimiento de Preece en 1966, se reveló la verdadera autoría de las obras. Sim embargo, Hepworth nunca expuso bajo su propio nombre, firmando siempre como Preece, incluso tras la muerte de su compañera.
La muerte de Preece en 1966, a los setenta y dos años, en Maidenhead, y la de Hepworth en 1978, a los ochenta, cerraron un ciclo de casi medio siglo de vida y trabajo conjunto. Ambas reposan bajo una misma lápida en el cementerio de Cookham.
Fuente: telam



