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25/12/2025

Le prestó un departamento a una amiga y la tuvo que echar con un juicio de desalojo: el perturbador video que muestra cómo lo dejó

Fuente: telam

Conmovida por la delicada situación personal de una compañera de trabajo, Mariela le prestó de “buena fe” su departamento recién adjudicado del Plan Procrear. Dos años después, logró recuperarlo tras un largo proceso judicial y su abogado difundió un video en el que expone el estado de abandono y destrucción en el que se lo devolvió. “¿Por qué tanto odio y maldad?”, se preguntó

>“Indignante, horrible, lo que no se le desea a nadie. Que tu amiga te ocupe el departamento y te lo deje así”, tuiteó el abogado Diego Martín Proetti, quien representó a una mujer que le prestó de “buena fe” el departamento a estrenar a una compañera de trabajo, que estaba recién separada y era víctima de violencia, y Junto a esa frase, el letrado publicó un video sobre el estado en que quedó la vivienda, ubicada dentro del complejo habitacional Estación Buenos Aires del Plan Procrear, en el barrio porteño de Parque Patricios. Paredes destrozadas y grafiteadas, vidrios estallados, artefactos desaparecidos y zonas en las que la mugre daba vergüenza ajena. “¿Por qué tanto odio y maldad?”, se preguntó el profesional al compartir la filmación en sus redes @abogado_del_consumidor y recorrer el lugar junto a Mariela, la damnificada, que logró tomar posesión del inmueble tras dos años de batalla judicial.

La puerta del departamento, que un día fue nuevo y blanco, se abrió a fines de noviembre en presencia de un oficial de justicia. Mariela se encontró en un sitio inhabitable, con las paredes tatuadas de rabia y el aire denso de la desolación. En marzo de 2023 se lo había prestado a una amiga porque ella todavía tenía un contrato de alquiler vigente que le salía muy caro cancelar.

El acuerdo “de palabra” fue que la mujer se hiciera cargo de los gastos (expensas y servicios), pero sin pagar alquiler, ya que se trataba de un comodato temporario. Pero nada de eso ocurrió. Y un año después, cuando llegó el día en que Mariela tenía que mudarse, su compañera no solo se negó a irse sino que le dejó una millonaria deuda y esbozó una insólita justificación de su accionar.

A mí no me hicieron ningún favor, en realidad. Ustedes tendrían que haber ido a vivir. Es una vivienda del Estado y que, prácticamente, la están sacando gratis. Y parte la pagué yo también porque eso sale de la plata de los impuestos de todos nosotros”, le dijo sin titubear.

Durante el juicio, la “ocupa” aseguró que el acuerdo nunca fue un comodato si no un alquiler pactado en 75.000 pesos mensuales. Alegó, además, que el departamento presentaba problemas de humedad y cañerías rotas (a pesar de ser nuevo), y que al reclamar las reparaciones no obtuvo respuesta de la dueña.

“Lo que la mujer presentó ante la Justicia no eran los pagos del alquiler, sino los pagos de las expensas. Solo mostró dos comprobantes. Su defensa fue insostenible desde el punto de vista legal. ‘No firmé nada, pero estoy alquilando’, dijo cuando en realidad está ocupando una propiedad que no es de ella”, explicó Proietti, quien logró obtener un resultado favorable del Juzgado Civil N° 67.

Si bien la sentencia de desalojo fue emitida en julio de 2025, recién se hizo efectiva el mes pasado. “Cuando el funcionario judicial le preguntó a mi representada si aceptaba las condiciones del inmueble tal como estaba, ella respondió mecánicamente que ‘sí’, intentando ocultar la decepción, aunque eso no implica prestar conformidad. Aceptar la devolución era, simplemente, dar otro paso legal, no un acto de perdón”, precisó Proetti.

Cuando Mariela cruzó el umbral de su propio departamento, la sensación fue la de una intrusa en un territorio venido a menos. A pesar de haber recuperado las llaves y el derecho legal sobre esas paredes, no pudo reconocerse en ellas: el lugar había dejado de ser su hogar y se sentía ajeno, marcado por el descuido y los mensajes amargos que la antigua ocupante dejó como cicatrices visibles en la pintura desgastada.

En la frase, la “ocupa” dejó un interrogante sobre la legitimidad de la adjudicación del Plan Procrear. En su texto, la mujer sugirió que Mariela no obtuvo el inmueble por mérito ni por necesidad, sino gracias a un “acomodo” dentro del sistema, una suerte de privilegio discrecional que, a sus ojos, dejó fuera a quienes más lo requerían.

Durante los dos años que la “ocupa” permaneció en el departamento de Mariela, la convivencia con los demás habitantes del complejo también se volvió insostenible. Las quejas de los vecinos del edificio Estación Buenos Aires no tardaron en acumularse en el grupo de WhatsApp del consorcio, que en reiteradas ocasiones se vio sacudido por discusiones, llamados a la policía y reclamos por música a alto volumen.

Los problemas también abarcaron las áreas comunes: varios propietarios narraron discusiones por el comportamiento de los hijos de la mujer, que corrían y jugaban en la terraza generando molestia y, según fueron advertidos, también situaciones de peligro. La respuesta de la ocupante, lejos de apaciguar los ánimos, avivaba el conflicto: “Me dijo que me joda, que si elegí vivir acá que me la banque porque va a haber música y gritos. Una maleducada total”, relató un vecino entre el enojo y la resignación.

Hoy, a Mariela le resulta imposible mudarse. “Tiene que invertir una importante suma en reparaciones, pintura y limpieza profunda para borrar esas huellas y devolverle al espacio no solo su funcionalidad, sino una sensación de pertenencia que hoy, después de todo lo vivido, le parece lejana”, precisó su abogado. “Nadie quiere entrar a su casa y verla así”, agregó sobre la angustia que le genera a su clienta esta situación.

Proietti contó que Mariela aprovechará sus vacaciones para poner su departamento en orden y la mudanza definitiva se realizará a fines de febrero o principios de marzo. “Cuando lo veas todo blanco e inmaculado otra vez, vas a ver que cambia tu perspectiva”, le dijo el abogado para levantarle el ánimo, a pesar de que sabe que las cicatrices tardarán bastante tiempo en irse.

Fuente: telam

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